Lamia


Los griegos conocieron a Lamia como una princesa libanesa a quien Zeus amó con pasión. Con él tuvo varios hijos a quienes Hera, la mujer de Zeus, mató en un acto de celos. Hera también fue responsible de que Lamia no pudiese cerrar sus ojos y por ende no pudiese encontrar descanso de la horrible imagen de sus hijos muertos.

El lamento de Lamia la convirtió en un monstruo que se vengaba robando y devorando a los niños de otras madres. Cuando Zeus reparó en el daño que Hera había causado a Lamia sintió pena por ésta, dándole luego la habilidad de remover sus ojos para volverlos posteriormente a sus órbitas, así Lamia pudo finalmente descansar de sus penas.

Lamia posee el rostro y los pechos de una mujer hermosa y el cuerpo de una serpiente. Se la suele describir como un hombre o hemafrodita y se cree que tiene la habilidad de transformarse en una mujer hermosa. En Canaan a Lamia se la conoció como Alukah.

Mucha gente cree que la Llorona, al igual que Lamia, cosecha su venganza en las madres despojándolas de sus hijos. Finalmente, como Lamia, la Llorona no logra encontrar descanso por la muerte de sus queridos hijos.